El quinceañero de la revista Sugoi

Los 15 veranos de Sugoi Cuando Google aún no existía e Internet no era lo que conocemos ahora, encontrar información sobre animación y manga era más que difícil en el Perú. Sin YouTube ni portales para leer mangas online, los peruanos teníamos que conformarnos con lo que recibíamos en las pantallas de televisión. Sin embargo, en medio del boom de la animación japonesa, surgieron varias revistas que informaban sobre los estrenos en tierras niponas. Una de ellas, quizá la más importante por lo que significó, fue Sugoi, revista que hasta ahora se vende y que sin lugar a dudas se encargó de difundir el mundo del manga y anime, más allá de lo que veíamos en TV. La primera edición que compré de Sugoi la guardo con mucho recelo. Se trata del ejemplar número 6, cuya portada muestra a los personajes de Rurouni Kenshin. De hecho, en realidad, como veía como maltrataba la revista, la compré nuevamente para guardarla en una bolsita. Tengo las ediciones de Sugoi desde la sexta hasta la 20. Recientemente, mientras caminaba por el Centro Comercial Arenales, descubrí la edición de Sailor Moon por el aniversario de las guerreras que luchan por el amor y la justicia, y confieso que me gustaría ponerme al día en aquellos ejemplares que dejé de adquirir. ¿Por qué Sugoi fue importante? Más allá del aspecto informativo que todas las revistas de la época mostraban, Sugoi dio espacio para ver animación. En el Club Sugoi se realizaron las proyecciones de los principales animes que marcaron la década de los 90 en idioma japonés, respetando los openings y endings, algo que los otakus no podían apreciar a través de la televisión abierta. Además, a través de su programa de televisión (canal 33 si no me equivoco), se podían ver informes tanto de clásicos de la animación japonesa como de los próximos estrenos, algo inusual y muy valorado por los otakus en los tiempos en que YouTube no reinaba como el mayor portal de videos y Megaupload no era más que un sueño.   Y probablemente, su principal aporte a la cultura otaku en el Perú fue la creación de los suplementos “Mangakan” y “Tenkaichi” (de Masaka), en donde aquellos con talento para el dibujo y una historia que contar, podían mandar sus “mangas”. Recuerdo que esperaba con ansias leer “El Anillo de Sor”, las parodias de “Saint Seiya”, etc. Es más en algún momento, dibujé el primer capítulo de una historia con la intención de enviarla al mangakan, aunque no recuerdo por qué no lo hice.   Sugoi creció y se crearon sus revistas hermanas “Masaka” en donde llegaba el “Tenkaichi” y la revista para adultos “Yada”. Con una tienda en el Centro Comercial Arenales vivió la época de esplendor de la animación japonesa en el Perú. Sin embargo, poco a poco, con el avance de las nuevas tecnologías, las revistas comenzaron a sufrir. Si bien todavía se venden Sugoi, la revista tuvo que adaptarse a las nuevas épocas. Hoy celebran 15 años de lucha tenaz en un país famoso por su informalidad, mientras se mantengan en actividad e innoven, vendrán muchos más. Ganbatte Sugoi!