Cada siete de julio se celebra Tanabata. Esta vez, nuevamente me ha agarrado desprevenida, y faltando pocas horas para que termine el día, aún no tengo escrito mi deseo.
Al terminar las clases de japonés, cuando ya estábamos por irnos, la profesora nos detuvo. Exclamó varias palabras en nihongo, y solo algunas pude identificar, entre ellas Tanabata.